La cuarta Revolución Industrial y la salud

La Historia de la humanidad está llena de hitos; descubrimientos e inventos que han provocado profundos cambios en los modos de producción y organización social, así como en las maneras individuales de pensar y de sentir. Desde la prehistoria a la actualidad el desarrollo de nuevas tecnologías ha evolucionado por completo el panorama humano en más de una ocasión, modificándolo todo. 

El cerebro humano ha sido capaz de desarrollar tecnologías cada vez más sofisticadas, las cuales han aumentado las capacidades sociales para producir bienes y servicios. La escritura, la agricultura, la maquinaria industrial, la electrónica… han provocado revoluciones de 180 grados impulsando el bienestar y la calidad de vida de las personas. 

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El aprovechamiento de diferentes fuentes de energía y materiales ha jugado un papel fundamental en el invento de máquinas que transformaron nuestra realidad. La fuerza de los animales en el arado, el viento en los molinos, los combustibles desde en la máquina de vapor hasta los aviones, automóviles y naves espaciales, el flujo de electrones en las computadoras y smartphones, y el descubrimiento de las bosones en la computación cuántica son algunas de las energías que han generado cada vez una nueva era. 

Algunos pensadores y estudiosos de la Historia se han puesto de acuerdo para categorizar y nombrar estos periodos. El uso del carbón para calentar agua trajo consigo la máquina de vapor, con la cual llegó la primera Revolución Industrial; los tiempos de fabricación se redujeron y se aumentó la capacidad humana para producir bienes. Luego el gas, la electricidad y el petróleo trajeron el desarrollo del motor de combustión interna, dando lugar a innovaciones en los transportes y comunicaciones; el ferrocarril, el teléfono, los automóviles y los aviones fueron parte de esta segunda Revolución Industrial que cambió  radicalmente al mundo, reduciendo los tiempos que tardaban las personas, así como la información y los productos, en llegar de un lugar a otro. La tercera Revolución Industrial se refiere a una transición al uso de energías renovables, como el hidrógeno verde. 

Hoy se habla de que estamos inmersos en una cuarta Revolución Industrial. Esta llega con el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), la robótica, la realidad virtual, el internet de las cosas (IoT) y la computación cuántica. Esta Revolución promete superar las capacidades humanas en algunas tareas y transformar por completo nuestra sociedad.  

Uno de los campos más impactados por esta revolución es la medicina. Las innovaciones tecnológicas como la edición genética, la imagen médica impulsada por IA y los dispositivos portátiles para el monitoreo de la salud en tiempo real están revolucionando la forma en que diagnosticamos y tratamos enfermedades. La realidad virtual está demostrando su poder en la mejora de la salud mental y la rehabilitación física.

Los algoritmos de aprendizaje automático permiten un análisis más preciso de grandes cantidades de datos clínicos, lo que conduce a una detección temprana y más efectiva de enfermedades. Los robots quirúrgicos de última generación, con una precisión sobrehumana, están mejorando los resultados para los pacientes. Además, los dispositivos conectados (IoT) ofrecen un monitoreo continuo y en tiempo real de la salud de las personas.

A medida que estas tecnologías continúan desarrollándose, algún día podríamos ser capaces de predecir enfermedades antes de que ocurran y adaptar los tratamientos a nuestros perfiles genéticos individuales.

Determinar a ciencia cierta qué cambios traerá esta cuarta Revolución Industrial es complicado; el mayor desafío estará en saber utilizarlos en función de crear sociedades más justas, felices y saludables.

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